Se dice que la mente es el conjunto de capacidades cognitivas e intelectuales que encierra procesos como la percepción, el pensamiento, la memoria, la consciencia, imaginación, entre otras particularidades del ser humano y algunas compartidas con otras formas de vida.

El pensamiento, parte constitutiva de la mente, está conformada por ideas, por lo que de ese modo reconoceremos que el estilo de pensamiento de un sujeto guarda relación con la calidad de la idea inicial y así tendremos: Idea - Pensamiento - Mente - Actitud.

En Psicología, el Pensamiento Positivo, constituye una herramienta poderosa para enfrentar y aprender a canalizar el estrés, los desafíos y las frustraciones de la vida cotidiana. Esta forma de vivenciar la dinámica diaria, facilita mantener una buena calidad de vida. Sin embargo, esto no incluye ignorar o evitar los sucesos o problemas que ocurren en nuestro alrededor, sino educar nuestros estilos de pensamiento hacia lo positivo de una situación.

Siguiendo lo anterior, el pensamiento positivo no excluye lo crítico, lógico y analítico para definir un asunto. Por el contrario, son elementos utilizados subjetivamente, pero desde un enfoque más luminoso, menos deprimente, con más colorido y optimismo en las expectativas del resultado en cuestión.

El pensamiento positivo, conforma la Mente positiva y por ende una Actitud positiva frente a la vida en general. Variados estudios han demostrado lo eficaz que resulta esta perspectiva para la autoestima y para el funcionamiento del organismo, ya que se produce un nexo indiscutible entre los pensamientos positivos y la vida saludable. Por ejemplo se beneficia la regulación de la presión arterial y los niveles de azúcar, se estimula el sistema inmunológico, combate la depresión, fortalece la confianza en las habilidades de uno mismo, fomenta comportamientos saludables y disminuye el estrés percibido.

Otros beneficios de una mente y actitud positiva, se evidencian en los tiempos difíciles, haciendo más tolerable la adversidad. Por todo esto es necesario aprender habilidades que fomenten los pensamientos y emociones positivas, procurando más atención a las cosas buenas y hermosas de la vida.

Algunos ejemplos de actitud positiva frente a la vida podemos citar:

- Ser agradecido con la vida
- Asumir un rol activo y protagonista en su vida
- Convertir las limitaciones en objeto de motivación
- Apartarse de aquello que lo perjudica
- Enfrentar con humor la adversidad

En síntesis, la mente positiva permite la toma de decisiones asertivas, genera sensación personal de ser un sujeto útil, necesario y valorado en su entorno, y fortalece su autoestima.

El entusiasmo, la motivación y el agradecimiento a la vida aporta un sentido optimista y luminoso.

Al mismo tiempo, ese estilo de pensamiento imprime un carisma diferente y especial al sujeto que lo experimenta por lo que es percibido por otros que sentirán el interés de replicar ese estado en sus vidas.

Saide Zabra Asada
Psicóloga Clínica
Sucursal Providencia y Terapia Online
Centro de Terapia del Comportamiento

Centro de Terapia del Comportamiento